“LA COMUNIDAD: el quinto Evangelio”
20 DE NOVIEMBRE - DÍA DEL LAICO
Por gracia de Dios, `podemos celebrar un nuevo día de Cristo Rey. En Mendoza, por deseo de Monseñor Rubiolo, celebramos el día del laico. Y este año, en mi condición de Pastor, quisiera iluminar la celebración, desde la realidad de ser Comunidad. Expreso con sencillez lo que llevo en el corazón. Estoy seguro que ustedes recibirán mis palabras con cariño y comprensión. Y estas palabras son para todos: grandes, maduros, jóvenes; y para todos y cada uno de los grupos y comunidades.
Hace pocos días leí lo expresado en el título, La COMUNIDAD: el quinto Evangelio. Es una realidad tan bella y comprometedora de todos y cada uno de nosotros. Es verdad, la vida de la comunidad es el “quinto Evangelio. Están los cuatro Evangelios escritos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan… y NOSOTROS SOMOS EL QUINTO!!! Ser laico, se es en el seno de una comunidad y es allí donde podemos poner al servicio nuestros talentos, dones, experiencias, afecto, entrega, donación,… todo cuanto somos y tenemos. Solos no podemos hacer nada, más aún, es posible que el talento, el don, se “pudra” porque no hay un lugar para entregarlo.
Nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestras ilusiones y esperanzas se comparten en la vida de la comunidad. Últimamente se ha escrito mucho y bello en la Iglesia sobre la “comunidad”, pero creo que no me equivoco, al decir que todavía en nuestra comunidad estamos tan lejos de aquel bello “miren cómo se aman” que nos dice el Nuevo Testamento. Es cierto que se han dado pasos y hay personas y grupos que viven el Evangelio de una manera muy auténtica, honesta y perseverante. Sin embargo, noto que todavía hay mucho individualismo, mucha competencia, muchos celos, mucha pereza y desidia. Hay una cierta incapacidad de compartir, de trabajar juntos, de alegrarnos por el éxito o el logro del hermano o de otro grupo. No nos importa el otro y esto es preocupante.
Hoy es un día de alegría y esperanza. Es día de re-comenzar de una manera auténtica, libre, bella de ser cristianos, es decir: ser hermanos. Nuestra Parroquia tiene personas bellísimas y tareas muy comprometidas. Pero es verdad también, que todos debemos escuchar cada día aquellas palabras de Jesús: “Conviértete y cree en el Evangelio”. ¿Cómo hacerlo? ¿Por dónde empezar? La Palabra de Dios, los Sacramentos, la vida orante… y tenemos una realidad que nos permite dar un gran salto en el Amor fraterno. Me refiero a la Capilla de Adoración. Allí late el AMOR. Allí se derrama el AMOR a manos llenas. Allí somos transformados. Allí sólo JESÚS nos consuela, alienta, anima, fortalece. Él es el AMOR!!! Sólo mirando su Rostro Eucarístico, podremos reflejar el Evangelio en nuestra comunidad. Sólo así podremos tener los sentimientos de Jesús. Allí seremos capaces de recibir la fuerza de perdonar, de no hablar mal de los hermanos, de ayudarlos, de que nuestro corazón no sea de piedra, sino de carne: tierno, lúcido, amable, constructor de paz y de unidad. Allí se nos abrirán los ojos para “ver” en qué puedo ayudar, salir al cruce, ser en verdad prójimo que se compromete con generosidad, creatividad y dedicación. Y en ese compromiso y servicio está la alegría y la belleza de ser comunidad.
“La COMUNIDAD, el quinto Evangelio”, hacia esta predicación debemos llegar. Si no llegamos allí, todo lo que hagamos se caerá, no tendrá fuerzas de convertir los corazones, no encenderá ninguna llama de fe, esperanza y amor. Mis hermanos y hermanas, les escribo con todo el AMOR. Les deseo un muy feliz día del laico y que en verdad nos dejemos “transpasar” por el Amor de Jesús y nuestra vida será un Evangelio de Luz, de Verdad y de Amor. Les bendice con todo afecto y confianza, su párroco.
Padre Marcelo
Por gracia de Dios, `podemos celebrar un nuevo día de Cristo Rey. En Mendoza, por deseo de Monseñor Rubiolo, celebramos el día del laico. Y este año, en mi condición de Pastor, quisiera iluminar la celebración, desde la realidad de ser Comunidad. Expreso con sencillez lo que llevo en el corazón. Estoy seguro que ustedes recibirán mis palabras con cariño y comprensión. Y estas palabras son para todos: grandes, maduros, jóvenes; y para todos y cada uno de los grupos y comunidades.
Hace pocos días leí lo expresado en el título, La COMUNIDAD: el quinto Evangelio. Es una realidad tan bella y comprometedora de todos y cada uno de nosotros. Es verdad, la vida de la comunidad es el “quinto Evangelio. Están los cuatro Evangelios escritos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan… y NOSOTROS SOMOS EL QUINTO!!! Ser laico, se es en el seno de una comunidad y es allí donde podemos poner al servicio nuestros talentos, dones, experiencias, afecto, entrega, donación,… todo cuanto somos y tenemos. Solos no podemos hacer nada, más aún, es posible que el talento, el don, se “pudra” porque no hay un lugar para entregarlo.
Nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestras ilusiones y esperanzas se comparten en la vida de la comunidad. Últimamente se ha escrito mucho y bello en la Iglesia sobre la “comunidad”, pero creo que no me equivoco, al decir que todavía en nuestra comunidad estamos tan lejos de aquel bello “miren cómo se aman” que nos dice el Nuevo Testamento. Es cierto que se han dado pasos y hay personas y grupos que viven el Evangelio de una manera muy auténtica, honesta y perseverante. Sin embargo, noto que todavía hay mucho individualismo, mucha competencia, muchos celos, mucha pereza y desidia. Hay una cierta incapacidad de compartir, de trabajar juntos, de alegrarnos por el éxito o el logro del hermano o de otro grupo. No nos importa el otro y esto es preocupante.
Hoy es un día de alegría y esperanza. Es día de re-comenzar de una manera auténtica, libre, bella de ser cristianos, es decir: ser hermanos. Nuestra Parroquia tiene personas bellísimas y tareas muy comprometidas. Pero es verdad también, que todos debemos escuchar cada día aquellas palabras de Jesús: “Conviértete y cree en el Evangelio”. ¿Cómo hacerlo? ¿Por dónde empezar? La Palabra de Dios, los Sacramentos, la vida orante… y tenemos una realidad que nos permite dar un gran salto en el Amor fraterno. Me refiero a la Capilla de Adoración. Allí late el AMOR. Allí se derrama el AMOR a manos llenas. Allí somos transformados. Allí sólo JESÚS nos consuela, alienta, anima, fortalece. Él es el AMOR!!! Sólo mirando su Rostro Eucarístico, podremos reflejar el Evangelio en nuestra comunidad. Sólo así podremos tener los sentimientos de Jesús. Allí seremos capaces de recibir la fuerza de perdonar, de no hablar mal de los hermanos, de ayudarlos, de que nuestro corazón no sea de piedra, sino de carne: tierno, lúcido, amable, constructor de paz y de unidad. Allí se nos abrirán los ojos para “ver” en qué puedo ayudar, salir al cruce, ser en verdad prójimo que se compromete con generosidad, creatividad y dedicación. Y en ese compromiso y servicio está la alegría y la belleza de ser comunidad.
“La COMUNIDAD, el quinto Evangelio”, hacia esta predicación debemos llegar. Si no llegamos allí, todo lo que hagamos se caerá, no tendrá fuerzas de convertir los corazones, no encenderá ninguna llama de fe, esperanza y amor. Mis hermanos y hermanas, les escribo con todo el AMOR. Les deseo un muy feliz día del laico y que en verdad nos dejemos “transpasar” por el Amor de Jesús y nuestra vida será un Evangelio de Luz, de Verdad y de Amor. Les bendice con todo afecto y confianza, su párroco.
Padre Marcelo
“LA COMUNIDAD: el quinto Evangelio”
Reviewed by Parroquia San Miguel Arcangel
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