“Las Heras: Alégrate, el Señor está cerca" Por Padre Marcelo De Benedectis
Muy amados hermanos y hermanas:
En este tiempo de Adviento la liturgia nos invita a la alegría del espíritu. Lo hace palabras del apóstol san Pablo: "Gaudete in Domino", "Alégrense siempre en el Señor... El Señor está cerca" (cf. Flp 4, 4-5). El profeta Sofonías nos dice: “El Señor tu Dios está en medio de ti como poderoso salvador" (So 3, 14. 17). "Él se goza y se complace en ti, te renovará con su amor, exultará sobre ti con júbilo, como en los días de fiesta" (So 3, 17-18). Esta promesa se realizó plenamente en el misterio de la Navidad, que celebraremos dentro de unos días y que es necesario renovar en el "hoy" de nuestra vida personal, familiar y social.
La alegría que la liturgia suscita en el corazón de los cristianos no está reservada sólo a nosotros: es un anuncio profético destinado a toda la humanidad y de modo particular a los más pobres, en este caso a los más pobres en alegría. Pensemos en nuestros hermanos y hermanas cercanos y lejanos que viven en la exclusión, la violencia, las distintas y tan variadas formas de injusticia; pensemos en tantas familias desgarradas ¿qué alegría pueden vivir? ¿Cómo será su Navidad?
Pensemos en los numerosos enfermos y en las personas solas, en los presos y presas que, además de experimentar sufrimientos físicos, sufren también en el espíritu, porque a menudo se sienten abandonados: ¿cómo compartir con ellos la alegría sin faltarles al respeto en su sufrimiento? Pero pensemos también en quienes han perdido el sentido de la verdadera alegría, especialmente si son niños o jóvenes, y la buscan en vano donde es imposible encontrarla: en la carrera exasperada hacia la autoafirmación y el éxito, en las falsas diversiones, en el consumismo, en los momentos de embriaguez, en los paraísos artificiales de la droga y de sexo y de cualquier otra forma de alienación y de “destrucción”.
No podemos menos de confrontar la liturgia navideña y su "Alégrense" con estas realidades dramáticas. Como en tiempos del profeta Sofonías, la palabra del Señor se dirige de modo privilegiado precisamente a quienes soportan pruebas, a los "heridos de la vida y huérfanos de alegría". La invitación a la alegría no es un mensaje alienante, ni una estéril evasión, sino más bien una profecía de salvación, una llamada a un rescate que parte de la renovación interior. Es una oferta de esperanza, la esperanza que no defrauda: ¡Dios con nosotros! Un Dios que se hace Niño lleno de ternura, amor y que nos ofrece sus manitas para abrazarnos y llenarnos de la Vida nueva que nos regala.
Para transformar el mundo Dios eligió a una humilde joven de una aldea de Galilea, María de Nazaret, y le dirigió este saludo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". En esas palabras está el secreto de la auténtica Navidad. Dios las repite a la Iglesia, a cada uno de nosotros, a nuestras familias: "Alégrense, el Señor está cerca".
Con la ayuda de María y de san José, entreguémonos nosotros mismos, con humildad y valentía, para que el mundo acoja a Cristo, que es el manantial de la verdadera alegría. A toda la comunidad de san Miguel Arcángel, les bendigo pidiendo al Niño Dios que derrame su amor y su alegría en cada uno de nuestros corazones y así nuestros hogares y nuestra Las Heras serán cielos de amor, dignidad, esperanza para todos.
¡FELIZ NAVIDAD!
P. Marcelo De Benedectis
“Las Heras: Alégrate, el Señor está cerca" Por Padre Marcelo De Benedectis
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